Arduino Tomasi, un investigador ecuatoriano, publicó un análisis llamado «Pax Narca», donde plantea que durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) se reclasificaron homicidios como «eventos de intención no determinada», alterando la percepción de la violencia en el país. Esto generó polémica, llevando al presidente Daniel Noboa a ordenar una auditoría de las cifras de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). En este artículo, revisamos los datos oficiales de 1997 a 2021, con un enfoque especial en el periodo 2010-2016, para analizar las tendencias de mortalidad y evaluar la hipótesis de Tomasi a la luz de los datos.
El Porqué de Analizar el Periodo 2010-2016
Seleccionamos el periodo 2010-2016 debido a que refleja completamente la gestión de Correa tras la salida de la Base Militar de Manta en 2009. Esto nos permite observar cómo sus políticas de seguridad y salud impactaron las estadísticas, sin mezclar datos con la administración de Lenín Moreno, que inició en 2017. Aunque Tomasi incluye 2010-2018 en su análisis, nuestra elección de 2010-2016 permite un enfoque más preciso y controlado.
Tasa de Mortalidad General en Ecuador
La tasa de mortalidad general (muertes por cada 1,000 habitantes) mostró una tendencia estable entre 2010 y 2016, con valores que fluctuaron ligeramente alrededor de 4.0 a 4.2 por cada 1,000 habitantes, reflejando un manejo constante de los registros de defunciones. Durante el mandato de Rafael Correa, se realizaron importantes inversiones en salud pública, infraestructura hospitalaria y modernización del sistema de registro civil, mejorando la precisión y calidad de los datos recopilados.
Es importante destacar el incremento abrupto de la tasa de mortalidad en 2020 (6.69 por cada 1,000 habitantes), asociado principalmente al impacto de la pandemia de COVID-19, con un posterior descenso a 5.98 en 2021. Este fenómeno global afectó significativamente todas las cifras de mortalidad y debe ser considerado al analizar los datos de estos años.
Análisis Detallado de Homicidios y Eventos de Intención No Determinada
Tasa de Homicidios:
- Desde 1997 hasta 2009, la tasa de homicidios presentó variaciones, con picos significativos en 2000 (16.65) y 2004 (17.08).
- Durante el periodo 2010-2016, se observa una tendencia a la baja, de 15.52 a 6.12. Esta disminución coincide con la narrativa de una mejora en la seguridad pública durante la presidencia de Correa.
Eventos de Intención No Determinada:
- Esta categoría agrupa muertes violentas cuya causa exacta no se pudo establecer.
- Observando los datos revisados, se detectan picos significativos en 2013 (6.70) y 2014 (8.37). Estos aumentos fueron seguidos por una caída hasta llegar a 1.03 en 2016.
- Es posible que estos picos correspondan a mejoras en la clasificación de muertes violentas, y no necesariamente a un intento de ocultar homicidios. La estabilización en 2015-2016 respalda la hipótesis de una mejora administrativa más que una manipulación intencionada.
Revisión de Otras Causas de Muerte
Un análisis integral requiere considerar otras causas de muerte y su evolución en el tiempo:
- Enfermedades Infecciosas y Parasitarias:
- La tasa de mortalidad por estas causas disminuyó constantemente de 11.5 (1997) a 2.8 (2016), reflejando mejoras en atención médica y prevención de enfermedades, lo cual contrarresta cualquier narrativa de empeoramiento generalizado durante el periodo de Correa.
- Enfermedades Crónicas (Cardiovasculares, Cerebrovasculares y Respiratorias):
- Las tasas de mortalidad relacionadas con enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares se mantuvieron estables durante el periodo 2010-2016, con pequeñas disminuciones. Esto se atribuye a políticas de prevención y acceso a tratamientos especializados.
- Las enfermedades respiratorias crónicas también mostraron una disminución o estabilidad en sus tasas, respaldando el manejo adecuado de estas condiciones por parte del sistema de salud.
- Accidentes y Otras Causas Violentas (No-Homicidios):
- Las tasas de mortalidad por accidentes de transporte se redujeron significativamente en el periodo 2010-2016, lo que muestra un avance en seguridad vial y prevención de accidentes.
Críticas y Cuestionamientos a la Hipótesis de Tomasi
El análisis de Tomasi se enfoca en correlaciones entre la disminución de homicidios y el aumento en eventos de intención no determinada, sugiriendo un posible encubrimiento de muertes violentas. Sin embargo, un análisis completo de todas las causas de muerte evidencia que las variaciones corresponden a mejoras en el sistema de registros y salud, y no necesariamente a una manipulación deliberada de cifras.
Además, se han señalado errores metodológicos en el estudio de Tomasi, como la inclusión de años posteriores a la administración de Correa (2010-2018) y la omisión del contexto de cambios en políticas públicas y mejoras en registros durante este periodo. Estas inconsistencias limitan la validez de su conclusión de «encubrimiento» de muertes violentas.
Conclusiones: Desglosando la Realidad de las Cifras de Mortalidad en Ecuador
El análisis de los datos oficiales de 1997 a 2021 revela que, si bien hay variaciones en las tasas de homicidios y eventos de intención no determinada, éstas no corresponden de forma concluyente a una manipulación de datos. Durante el gobierno de Rafael Correa (2010-2016), se observan picos significativos en los eventos de intención no determinada en 2013 y 2014, pero estos son seguidos por una estabilización y posterior descenso, lo que apunta a mejoras administrativas y precisión en la clasificación de causas de muerte. La hipótesis de que estos picos reflejan un encubrimiento deliberado de homicidios carece de un fundamento robusto cuando se contrasta con la tendencia general de todas las causas de muerte, que reflejan un mejor manejo de datos y un fortalecimiento del sistema de salud pública.
Las mejoras en los registros de defunciones, producto de inversiones en tecnología y un enfoque más claro en la clasificación de causas de muerte durante la administración de Correa, parecen ser responsables de las variaciones observadas en la categoría de eventos de intención no determinada. Además, la disminución de la tasa de homicidios coincide con tendencias positivas en otras causas de muerte, como enfermedades infecciosas y parasitarias, enfermedades crónicas y accidentes, lo que evidencia una mejora general en la salud pública y en la seguridad ciudadana. Estas tendencias demuestran que no hay un ocultamiento de la mortalidad violenta, sino más bien un avance en la capacidad del país para registrar con precisión y responder a diferentes causas de muerte.
En conclusión, la hipótesis de Arduino Tomasi sobre la «Pax Narca» subestima el contexto de mejoras sistémicas en salud pública y administración de datos. Aunque los picos de eventos de intención no determinada en 2013 y 2014 pueden levantar sospechas, el análisis detallado de todas las tasas de mortalidad muestra que estos no son lo suficientemente significativos ni consistentes para concluir una manipulación deliberada. De hecho, los esfuerzos de modernización de registros y políticas de salud pública durante el gobierno de Correa parecen justificar las fluctuaciones en las cifras. Por tanto, sería apresurado y potencialmente irresponsable validar la hipótesis de Tomasi como una realidad comprobada, ya que carece de una revisión integral de todos los factores y causas que afectan la mortalidad en Ecuador.